viernes, 2 de octubre de 2009

Mi corazón.

Mi corazón no miente. Late como pocos, se agita y se remece. Mi corazón duele. No es de medias tintas, se siente o no se siente, y cuando se siente el cuerpo sucumbe. Todo gira alrededor de mi corazón, incluso cuando pretendo esconderlo, cuando pretendo olvidar que está ahí latiendo más que lo que debiera, más que lo que quisiera: es imposible dejar de pensar en que está ahí.

Me asombra cada día al darme cuenta de que no puedo dejar de sentirlo, y que a veces lo que sientes llega a ser dolor cuando debiera ser tan sólo ese pulso continuo que te recuerda que estás vivo.

Oh, taquicardia paroxística, vaya si le das ritmo a mi vida.


Estela.

No hay comentarios:

Publicar un comentario